Comportamientos

   

Durante el juego la muestra de la dentadura no siempre comunica intención de agresión. En ese caso los belfos estarian remontados. Mediante los mismos, afloran actitudes típicas de dominancia y sometimiento importantes para el desarrollo y sociabilización del cachorro.

   

En la vida de los perros no deberían abundar los problemas de conducta porque utilizan y asimilan nuestras enseñanzas del modo como le decimos las cosas, interpretando nuestro estado de animo y asumiendo comportamientos de acuerdo a ello. Pero también asimilan nuestros problemas, adversidades, tristezas, viviendo en un medio estresado como su dueño, por lo que se hacen vulnerables a sufrir problemas de comportamientos; estrés, fobias, miedos, etc.

Como no pueden comunicarnos que los perturba, es nuestro deber observarlos durante las 24 horas de modo de poder determinar la causa que desencadena esa conducta.

De no existir causas físicas ni agentes patológicos, podrá tratarse de algún problema psicosomático que debe tomarse muy en cuenta

A veces somos responsables de sus problemas, ya en forma directa o por no reconocer algunos sintomas que revelen el comienzo de una perturbación emocional.

Los perros sometidos a un continuo estrés, gritados continuamente, encerrados en estrechos espacios o balcones; sujetos permanentemente a la correa con poco o ningún ejercicio físico podrán generar cambios fundamentales de conducta, tornándolos díscolos o aun, agresivos.

En otros casos se identifican con el estado emocional de sus dueños, y es así que si se trata de una persona de carácter agresivo, temperamental, el perro también lo será por sentirse influenciado por el comportamiento de su dueño.

Si se trata de una persona de carácter inestable, un día tranquilo, amable y al rato nervioso y agresivo, el perro también lo será debido a que vive en un entorno incierto al no saber cual será la reacción de su dueño a cada momento.

O podrá tratarse de un perro con algún problema patológico, por ejemplo, que haya perdido parte de su capacidad auditiva y su dueño lo grite continuamente al pensar que se ha vuelto desobediente. En ese caso, el pobre animal se siente deprimido y angustiado al no poder complacer a su dueño y sentirse injustamente retado.

Debemos tener en cuenta que el estrés no es excluyente en el hombre sino que también afecta a otros animales y en especial a los perros debido a su estrecha convivencia con el hombre. Un cachorro que se desarrolle en un medio ambiente donde se susciten peleas y discusiones en todo momento, se hable a los gritos, donde no hay estabilidad emocional, podrá adoptar una postura insegura. A veces sumisa y tranquila pero otras nerviosa y hasta agresiva como consecuencia de su propia inestabilidad emocional al estar bajo permanente estrés.

Todos los comportamientos difíciles en los perros pueden ser tratados por medio de un trabajo paulatino de desensibilizacion hacia el desencadenante y contracondicionamiento adecuado de modo de disminuir o suprimir su conducta errática

La base del trabajo consiste en primer término brindar al perro todo el amor que le podamos ofrecer. Afecto, cariño, cuidados, distracciones y paseos. Protegiéndolos y ofreciéndoles seguridad y comprensión de modo que puedan sentirse seguros y comprendidos. Ayuda que no podemos negarles y se merecen por todo lo que nos ofrecen.

Un gran numero de perros experimentan un miedo fóbico durante el transcurso de tormentas y estallidos de elementos de pirotecnia. Estos miedos son responsables del gran numero de perros extraviados que bajo fuerte presión entran en pánico huyendo de la casa sin rumbo fijo, por lo que luego les resulta difícil encontrar el camino de regreso.

Generalmente estos miedos responden a un trauma sufrido durante su infancia, en la fase de desarrollo que va entre las cuatro a siete semanas de edad en que el carácter recibe su impronta de modo inalterable. Le sigue la de socialización que se extiende desde las siete a doce semanas. Durante ese tiempo y con la orientación de la madre se va formando el carácter del cachorro y quedara determinado como será de adulto.

Si durante ese lapso o hasta los tres o cuatro meses se originan estallidos de pirotecnia o tormentas eléctricas fuertes y su dueño en un acto sobreprotector lo toma en brazos para que no se asuste, sin darse cuenta lo esta encauzando directamente hacia una conducta temerosa frente a estallidos fuertes y tormentas. En esos casos, si el cachorro parece atemorizado, lo que se debe hacer es entretenerlo, jugando, distrayéndolo de modo que no le preste atención, comportándose su dueño con toda naturalidad para darle confianza.

También a veces le temen a las personas. Es evidente que sufren de un trauma ocasionado por experiencias adversas vividas junto al hombre. Castigos, crueldades, rechazos etc. o como consecuencia de no haber tenido contacto humano durante sus primeras semanas de vida. El efecto del "imprinting" durante esas semanas es importante, pues el cachorro deberá poner en foco a través de experiencias visuales, olfativas y de contacto la imagen del hombre de modo que pueda aceptarlo de grande sin temor o timidez.

A fin de revertir dicha actitud se debe determinar las causas o estímulos que originan esa respuesta. El método adecuado es el de desensibilizarlo hacia la gente por medio de un acercamiento paulatino hasta que pueda ser aproximado. El nivel de ansiedad o temor varia en función del grado de proximidad de la persona, por lo que no debe ser apresurado de modo de lograr disminuir y suprimir su conducta temerosa o de huida

Hay perros dominantes, no solo frente a sus camaradas sino también a su dueño. Estos perros pueden sentir y captar la verdadera personalidad de su dueño basándose en pequeños signos de debilidad y que los mueve a adoptar conductas dominantes sobre él. Generalmente la intimidación que el dueño siente frente a su perro lo hacen pasible de esa dominancia por parte de su animal. Son algo frecuentes los casos de perros que agreden a su dueño por causas injustificadas a primera vista, pero que guardan una estrecha relación con su temperamento dominante y con quien parecen rivalizar, aunque con el resto de los componentes del núcleo familiar se muestre muy obediente y cariñoso.

Estos perros pueden participar en juegos, ejercicios y paseos con su dueño sin manifestar su dominancia ni agresividad debido a que se producen en un contexto diferente al del conflicto de dominancia.

La inversión de la jerarquía dominante debe llevarse a cabo sutilmente, sin apresurarlo, modificando su conducta diaria, estudiando las circunstancias y estímulos que desencadenan su prepotencia que deben ser contracondicionadas, condicionándolo a seguir comportamientos incompatibles con el de dominancia.

Requiere que aprenda en primer término a inhibirse en circunstancias no excitantes, orientándolo por un canal adecuado sin llegar a desencadenar su dominancia. Inicialmente se lo hará adoptar posiciones de media sumisión (sentado, echado) durante algunos días por periodos que se irán prolongando paulatinamente y cada vez que desee obtener algo de modo que acepte su posición de no dominador frente a su dueño.

En un mundo sin cantos ni voces salvaje
sin ladridos ni relinchos
sin sueños ni despertares felices, solo solo
el hombre se encontrara al pie de la barranca
atisbando en la lejanía por ver
un solo pájaro, un tigre un pequeño perro

 

Por consultas sobre temas de comportamiento dirigirse a:
indiomil@fibertel.com.ar

 

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