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Agresividad: Como controlarla 
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A) La agresividad por dominancia o competitiva.

La agresividad por dominancia o competitiva, se dirige hacia las personas con las que el perro convive normalmente; frecuentemente, sólo alguna o algunas de estas personas resultan afectadas. Ocasionalmente, la agresividad competitiva puede manifestarse además hacia personas desconocidas. El diagnóstico de agresividad competitiva depende de las tres consideraciones siguientes:
1. Debe descartarse previamente cualquier forma de agresividad con causa orgánica (manejo veterinario)
2. La postura del animal durante los episodios de agresividad deben ser posturas características de un animal dominante (cola recogida, orejas dirigidas hacia atrás y extremidades ligeramente flexionadas).
3. La agresividad se manifiesta en situaciones relativamente predecibles:
- La persona que es víctima de la agresividad del perro intenta retirar la comida o cualquier objeto que despierte el interés del animal.
- La persona toca al perro, intenta castigarlo o simplemente molesta al animal
mientras está descansando.
- La persona establece contacto visual directo con el animal.

¿Por qué aparece la agresividad competitiva?
1. Los perros mostrarían hacia las personas muchas de las pautas de conducta que son propias de la organización social de los cánidos, dichas pautas incluyen el establecimiento de relaciones de dominancia, que el perro crearía con cada una de las personas con las que convive normalmente.
2. La relación de dominancia empezaría a establecerse durante el período de socialización y juvenil. La conducta de juego y muy especialmente el resultado de situaciones de competencia entre el perro y cada persona determinarían la relación de dominancia. Por tanto, el perro podría ser dominante respecto a algunas personas y subordinado frente a otras. La agresividad competitiva o por dominancia se mostraría sólo hacia las personas que el animal percibe como subordinadas. La conducta agresiva aparecería cuando la persona en cuestión se comportara como dominante.
3. La tendencia de cada de animal a mostrarse dominante dependería en parte de factores genéticos y sería más marcada en machos que en hembras. Esta tendencia propia del perro se convertiría o no en un problema de agresividad en función de la respuesta de cada persona.

Tratamiento de la agresividad competitiva
Para corregir un problema de agresividad competitiva es imprescindible invertir la relación de dominancia que se ha establecido entre el perro y la persona o las personas afectadas, algo que no puede hacerse sin la colaboración de dichas personas y convenientemente con la asesoría de un adiestrador profesional. Dicho muy brevemente, esta inversión se realiza mediante el reforzamiento negativo de la conducta agresiva y el reforzamiento positivo de las conductas de subordinación. Es importante que el reforzamiento lo lleven a cabo todas y cada una de las personas hacia las que se dirige la agresividad. El adiestramiento en obediencia es un excelente método para lograr un mayor control sobre el animal. La agresividad por dominancia es un problema conductual reversible. No abandone a su perro o lo sacrifique por esta causa.
Ayúdelo a comprender cuál es su lugar en la jerarquía de la casa.

B) La agresividad territorial.
Es lo que todo el mundo desea en un buen guardián, sin embargo se extrañan que el perro muerda a las visitas cuando entran a la casa. El perro defiende el lugar donde vive y no aceptará intrusos. Veremos un perro que ladrará para advertir que no quiere invasiones de ningún tipo o incluso a veces atacará sin dudar si el extraño ya entró, pues no hay jerarquías que establecer, la prioridad es defender su espacio. La mejor forma de que el perro aprenda a discriminar entre conocidos y extraños es acostumbrándolo a la gente desde pequeño. Solo así reaccionará ante las personas con la serenidad debida y podrá analizar la situación antes de actuar. De todas formas nunca un perro aprenderá a diferenciar entre un ladrón o una persona decente que no le han presentado.
Increíblemente aún hay gente que echa la culpa al perro si ataca aun niño que va a buscar una pelota a un patio ajeno o simplemente salta el cerco. El perro cumple con cuidar y es deber de cada uno no entrar a territorio ajeno.

C) Agresividad por miedo Se manifiesta en respuesta a estímulos que suponen una amenaza para el animal y preferentemente cuando éste no puede huir.
Si un perro se siente intimidado es lógico que se defienda, lo importante es hacer caso a sus señales de miedo y demostrar que no somos una amenaza. Cuando vemos un perro que se encoge como si quisiera verse más pequeño y decir “yo no molesto a nadie, no existo”, baja mucho su cola respecto a como la lleva habitualmente, incluso a veces contra el estómago, baja sus orejas, a veces hasta se orina y se arrincona, es señal de que no hay que molestarlo.
En perros que no han aprendido desde pequeños a relacionarse con humanos los ataques por miedo se dan mucho más. En estos casos las señales previas pueden ser menos porque no hablamos de perros que hayan desarrollado correctamente sus conductas sociales, por eso ante perros que viven permanentemente encerrados o atados en espacios poco acordes a su tamaño y aislados hay que ser mucho más cuidadoso.

D) Agresividad aprendida.
La más difícil de prever. Es la conducta agresiva que ha sido incentivada en el perro, conciente o inconscientemente. Ya sea celebrándole cuando gruñe, cuando pelea con otros perros o cuando simplemente el amo muestra orgullo ante la postura imponente de un animal agresivo. Tratándose de esto podemos esperar conductas mas o menos anormales y por lo mismo es complicado tratar con perros que han aprendido a ser agresivos gracias a sus amos.
Como regla general no confíe en exceso en perros que tienen amos desequilibrados o que se pavonean con su animal como si este fuera una bestia a la que domaron. El perro es en parte reflejo de lo que se le ha enseñado y reflejo de su amo.
Un buen reflejo de esto es cuando un perro callejero molesta aun que pasea atado.
Difícilmente su determinación es muy grande y generalmente se limita a defender un espacio (incluso corre hacia el lugar a defender primero y después se enfrenta). Sin embargo los perros con amo cuando andan sueltos, muchas veces atacan y ni siquiera se detienen cuando el otro se rinde o se saltan todo ritual previo. Esto en muchos casos es por aprendizaje. Es importante observar a todo el animal y no guiarse sólo por la cola (no siempre mover la cola es felicidad) y los dientes. Podemos asumir que el perro está tranquilo si vemos sus orejas en posición normal, la cola y labios relajados, ojos no demasiado abiertos ni con las pupilas muy dilatadas (en caso de mucho relajo tendrá los ojos entrecerrados) y su músculos y postura corporal no reflejan tensión. Lo importante es comprender que el perro manifiesta toda una gama de señales y hay que intentar reconocerlas en conjunto.

E) Agresividad maternal.
Es posible que mamá perra se vuelva irascible y desconfiada cuando los humanos nos acercamos a sus cachorros. Es una conducta otorgada por la propia naturaleza para preservar el bienestar de sus crías. Desaparecerá cuando los pequeños no necesiten de su protección. 

LA ANSIEDAD

A) ANSIEDAD POR SEPARACION. 

La ansiedad por separación es un trastorno del comportamiento caracterizado por
signos de angustia, que se presenta cuando los perros afectados están solos o separados del propietario. Un 14 % de los perros lo puede presentar.
Los signos que se pueden observar son: destrucción, vocalización, suciedad, excavación, hipersalivación, etc.
El comportamiento de un animal suele ser muy distinto cuando está junto a su familia que cuando se encuentra solo. Generalmente el dueño evidencia este tipo de comportamiento cuando retorna al hogar. Puede inculpar al resentimiento, etc.

¿Qué factor la desencadena?
No se conoce la causa específica que provoca el problema. Puede ser hereditaria; de
la crianza de ejemplares más afectuosos y socialmente más dependientes de los seres
humanos. Se suele convenir que la hipervinculación mascota – propietario puede ser una
causa. Pero muchos perros con hipervinculación con sus amos no sufren ansiedad por
separación. Al igual que muchos con ansiedad no tienen hipervinculación con sus dueños. Se cree que la hipervinculación puede ser un factor predisponente más que la causa.
Las manifestaciones de la ansiedad por separación puede presentarse con un sin
número de variaciones. Ejemplo algunos perros toleran las salidas regulares (trabajo) de sus dueños, pero no las irregulares (salidas nocturnas, etc.). Otros la sufren los días lunes, después que pasaron el fin de semana junto a sus dueños. Algunos se tranquilizan solo con la presencia de su propietario y otros con la sola presencia de cualquier persona.

El tratamiento se basa en dos puntos:
-Manejo del ambiente
-Modificación conductual

Manejo del ambiente:
Los cambios en el ambiente y el estilo de vida del dueño pueden disminuir la expresión de la ansiedad por separación El propietario no debería dejar solo al animal las 2 o 3 primeras semanas que se establece la terapia. El juego y la actividad física deben aumentar.
Cuando el propietario sale se le debe dar un comestible o juguete masticable, para entretenerlo y cuando regresa se lo retira. Los cambios ambientales como apagar luces, televisor, radios, buscar llaves, etc. deben ser realizados 30 minutos antes de la partida. Ya que hay actividades que aunque el propietario no se percate, son los factores que disparan la ansiedad por separación.
La adopción de otro perro para que le haga compañía no suele mejorar la ansiedad, es más ésta puede suceder en más de un animal de la casa.

Modificación conductual:
El castigo retrospectivo de las cosas que hizo el animal (destrucción, evacuación) durante la ausencia del propietario deben ser evitados, ya que no lo hacen por rencorosos sino por la ansiedad por separación y si se aplica castigo quizás se este reforzando aun más los signos de la ansiedad. El propietario debe evitar saludar, acariciar o hablar con la mascota 30 minutos antes de la partida ya que la transición entre la presencia a la ausencia del propietario debe ser lo menos marcada posible. Al regresar al hogar el propietario debe saludar al animal pero no interactuar luego bolsos, etc. Se toman y luego se dejan y se sigue con actividades del hogar no relacionadas con él hasta que se tranquilice. En general se debe premiar el comportamiento obediente y tranquilo e ignorar la conducta excitada y ansiosa. 
La interacción debería ser solo cuando el propietario inicia la atención e ignorar al animal cuando éste llama la atención. Al regresar el dueño al hogar debe mantener al animal a cierta distancia evitando el contacto estrecho. Se supone que esto motiva la independencia de carácter y desalienta la hipervinculación .
Para desensibilizar al animal de los actos relacionados con la partida del hogar, el propietario debería identificar los factores que desencadenan la ansiedad por separación y luego ejercitarlos sin dejar solo al animal. Se debe comenzar por uno y realizarlos varias veces al día, durante varias semanas. Si el animal comienza con la excitación debe ser ignorado. Luego se van agregando otros factores, pero nunca se debe abandonar la casa.
Ejemplo: primero se comienza con llaves, con la partida.
Se comienza a entrenar al animal con sesiones breves de 5 a 15 minutos donde se le ordena permanecer en determinadas zonas. Cuando el propietario regresa lo hace con una recompensa, bocados, galletas, etc. Estos actos pueden ser acompañados de música, radio, etc.
Luego se comienza con alejamiento y luego partidas breves que se van prolongando en el tiempo.
La ansiedad por separación es una condición tratable. El máximo éxito se logra con un plan combinado donde se cambia el ambiente, se modifica la relación entre el propietario y el perro mediante la terapia conductual.
La pronta implementación de un plan terapéutico aumenta la probabilidad de éxito, evitando el desgaste del vínculo humano - mascota que puede llevar al abandono.

B) SINDROME DEL ABANDONO
Muchos animales, tras haber sufrido el abandono, presentan ciertos trastornos psicológicos debido a sus malas vivencias. Posiblemente, el perro con síndrome del abandono, será excesivamente dependiente de su nuevo dueño. Habrá que aplicar medidas apropiadas para disminuir sus niveles de ansiedad, servirán las mismas expresadas en el apartado de la Ansiedad por separación.
Otra desviación de conducta posible en los abandonados, es la Agresividad por miedo. Los cambios que se han producido en su vida, pueden desarrollarle unas fobias inusuales hasta que vuelva a recobrar la confianza en el ser humano.
Sepa que podrá tener una salud mental equilibrada con los métodos adecuados y con paciencia.

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